La Acupuntura es una de las grandes herramientas de la Medicina Tradicional China, refrendada científicamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) gracias a la comprobación de sus beneficiosos para la salud, con cada vez más estudios que resaltan también su capacidad terapéutica.
Terapia o un conjunto de procedimientos que implican la estimulación de ciertos puntos anatómicos mediante la inserción de agujas en la piel, y cuyo origen milenario se remonta a la antigua China de los emperadores.
Mi manera de aplicar la acupuntura pasa por estudiar a la persona y su momento vital, encontrando sentido a sus síntomas y así buscando el equilibrio en profundidad. Trabajar el sistema energético de meridianos e introducir los cuidados holísticos orientales brinda unas ventajas terapéuticas incomparables, alcanzando resultados notables en patologías como la ansiedad, la depresión y el estrés, y en lesiones concretas como epicondilitis, neuralgias, migrañas, gripe, asma, gastritis, estreñimiento…
Al enfoque global de la Acupuntura he incluido el uso de la Kinesiología, que se desarrolló en Estados Unidos y en Europa desde la segunda mitad del siglo XX. Es una ciencia o terapia que estudia el movimiento humano empleando los principios de las ciencias físicas y abarcando varias disciplinas. Una herramienta protocolizada en el que el testaje de la respuesta corporal (biofeedback) nos guía a través de la información que emite y recibe el organismo de una forma muy precisa, con el objetivo de saber qué necesita realmente el cuerpo, haciendo que cada terapia sea única y obteniendo resultados óptimos.
Las técnicas mente-cuerpo son milenarias y se practican en muchas culturas de Oriente, como es el caso del Yoga y el Tai Chi. En las últimas décadas, ha aumentado el interés por estás técnicas y se ha multiplicado el número de practicantes debido a su eficacia científica y a sus múltiples beneficios para la salud física y mental (lesiones, estrés…) Aunque he practicado Yoga durante varios años, mis verdaderas técnicas han sido y son las disciplinas taoístas: Tao Yin (arte de canalizar la energía o vía del fortalecimiento suave), el Chi Kung (arte de la longevidad), y el Tai chi (arte de la meditación en movimiento por excelencia).